Anecdotario latinamericano

Estudio Mendoza

Por increíble que parezca, hay vida más allá de la teoría. Incluso cuando se habla, en arte, de América Latina. Sin desdeñar el asunto poscolonial, las venas abiertas y todas las luchas necesarias, se puede, si se quiere, practicar una aproximación privada y puntual sin la necesidad de demasiadas alforjas. Así, la propuesta del Estudio Mendoza para Photoestudios 2015 ha preferido, en vez de los grandes combates y los grandes problemas, lo concreto, cotidiano y contingente: la anécdota de la relación de sus integrantes con aquello que sea «América Latina». De este modo, alejados del constructo que nos viene o que se nos da, los proyectos que se presentan en esta muestra se circunscriben a las preocupaciones habituales de los artistas que conforman el Estudio Mendoza, esto es, son el resultado de la búsqueda de un nexo que, sin apartarlos de su trabajo habitual, les permita hablar de Latinoamérica.

(c) foto: Miguel Marina
(c) foto: Miguel Marina
(c) foto: Miguel Marina
(c) foto: Miguel Marina

 

 

 

 

 

 

Las obras se presentan desde su envoltorio, una serie de cajas que ha preparado Ana de Fontecha como espacio de la obra. Así, el estudio sirve de espacio a las cajas que sirven de espacio para las obras. Pero el espacio de la caja es muy singular. Cualquier paquete que se envía juega en una doble dimensión: la preservación del espacio interior durante la transición continua de espacios en el exterior. Así, preparadas para el tránsito (las obras dentro de una obra) la propuesta del Estudio Mendoza recopila su propuesta para este PhotoEstudio.

No es una idea novedosa que la función de las imágenes es la de convocar en ausencia. En la lógica del progreso tecnológico, el paso siguiente al retrato, al guardapelo y a la foto de carné que se lleva en la cartera, es la videconferencia, que gracias a las imágenes en movimiento perfecciona el fingimiento de un encuentro como nunca antes. Las obras de Sergio D. Loeda, que son transferencias a papel de capturas de pantalla, siguen este razonamiento. «Para mí, Latinoamérica es mi hermano.» El resultado es una serie de imágenes obsesivas y reiterativas; de hermanos seriados.

Sobre la traslación de imágenes de allá a acá tratan también los cuadros de Miguel Marina. Su pintura, tan acostumbrada a los objetos desubicados, reproduce objetos reproducidos (doble reproducción, doble ruido) en un libro de texto sobre los taínos, un pueblo precolombino primero diezmado por sus vecinos y luego diezmado por los conquistadores. El trabajo de Miguel Marina trata frecuentemente de poner de manifiesto la presencia a través de la ausencia: de mostrar cosas humanas sin el concurso de los hombres. Estos objetos participan de esta práctica: escindidos y abandonados sobre un fondo blanco, funcionan como cápsulas de un mundo represando que nos ha sido dado como una construcción y cuyo referente original ya no existe.

La relación de la obra de Mar Cubero con Latinoamérica es inmediata y física: el material mismo de la obra. Madera de Jatoba y de Cerejeira sometidas un proceso obsesivo de repetición modular, que da como resultado la forma obsesiva por antonomasia: el círculo. Lo orgánico de la textura, del olor, de la dureza: el material exportado de allí y trabajado en el estudio de aquí. Extrañamente puede parecernos que esta propuesta tiene un vínculo menos declarado que las anteriores; extrañamente, digo, porque estas obras colocan ante nosotros la presencia física del territorio: tal es el poder de la metáfora.

Finalmente, Nina Paszkowski ha optado por el encuentro entre su obra y la del coreógrafo argentino Dani Pannullo. Su trabajo explora una dimensión escenográfica de la pintura, en la que los cuadros funcionan como fondo abarcador de los actuantes. Así, interrelacionados, los cuerpos sobre formas orgánicas, las formas orgánicas alrededor de los cuerpos, estas fotografías cierran la enumeración de la propuesta de Estudio Mendoza.

Los receptores de las cajas que ha preparado el Estudio Mendoza para este Photoestudios 2015 recibirán una propuesta sincera de cada uno de sus artistas, unas obras para la que han preferido no impostar una preocupación sino buscar un vínculo, quizás insignificante, quizás anecdótico. Pero sin duda, lo que hay detrás de este proyecto son las líneas maestras por la que sus obras discurren en este momento, esto es, la vida misma que encierra ese estudio.

Texto editado en la publicación del Estudio Mendoza para PHEstudios 2015