exposición – Todo lo que era sólido se desvanece en el aire

El desbaratamiento de toda solidez tiene una virtud clarificadora: lo que actúa sin ser visto (no porque se oculte, sino porque está tan cerca que el ojo no lo enfoca) se manifiesta en su literalidad, quiero decir, en su contingencia y en su fragilidad. Hay un placer único en la contemplación descarnada del mundo, en ese pequeño interludio entre la caída de un velo y la instauración de los nuevos ídolos.