Los fanzines de la medusa

 

La pretensión infantil de la fotografía de ser un calco del mundo se deshizo después de que Charcot montase su teatro en la Salpêtrière. No abundaré en esta historia tan conocida de cómo el eminente catedrático se inventó la histeria, pero me parecía interesante tomar este punto de arranque para hablarles de uno de mis más recientes hallazgos: Ediciones del Martes, un proyecto editorial que explora las posibilidades de la fotografía.

En el frenesí autopublicatorio de nuestros días hay que andarse con pies de plomo para separar el trigo de la paja, porque, aunque hay mucho producto bonito y bien diseñado, no todo es interesante. Esta editorial ha conseguido el difícil matrimonio entre una publicación cuidada (con materiales más bien humildes) y una propuesta inteligente.

Me interesan particularmente dos temas que indaga Nùria G. G., editora de estas publicaciones: el álbum de fotografías como acceso a la vida de los otros y la fotografía como creadora de realidades.

De la primera cuestión dan cuenta los fanzines Invisible someone, Call it murder y House of ecstasy. Estos son, fundamentalmente, álbumes de los recuerdos de otros (si algo pretende una foto de álbum preservar un recuerdo) que llegan al lector como la creación de un pasado ajeno. Emplear repositorios de las vidas de otros no sólo concede la satisfacción de pulsiones voyeuristas sino que permite editar la vida de ese otro (el recuerdo –hablo aquí del objeto que sirve como evocación de algo– implica que no se tiene una memoria completa de ese pasado, con lo cual, una corrupción de ese recuerdo puede conllevar a la creencia en un pasado modificado).

Del otro, tenemos publicaciones como Insectos gritando: tratado sobre el futuro incierto de una mujer alterada visto a través de un médico casi enamorado (subtítulo excelso este) o el proyecto A/D/Archive. La consciencia de que la fotografía nos presenta cosas “que son así” (una imagen vale más que mil palabras y demás majaderías) permite a los descreídos experimentos gozocísimos. Desde la risotada de rigor a costa de Charcot hasta el coqueteo con el espiritismo.

Como a una editorial se la conoce rebuscando en su catálogo, les invito a ello. Creo que es un proyecto al que hay que seguir.

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